Hola, soy Jordi, tu baterista de metal favorito, y estoy aquí para contarte todo lo que hace que el metal sea el género más rudo del planeta. Me refiero a la música, la cultura de los fans, el estilo de vida... todo lo que hace que el metal se destaque del resto. Desde los riffs pesados hasta la lealtad demencial de nuestros fans, el metal es una forma de vida que no tiene comparación. Así que, profundicemos en lo que nos distingue de todos los demás géneros que existen.
El metal no es solo música, es una experiencia. Aquí te contamos por qué el sonido del metal es una bestia en sí mismo:
Los riffs y los solos: el metal es conocido por su intrincado trabajo con la guitarra. Desde solos fulminantes hasta riffs que te aplastan la cabeza, se trata de superar los límites técnicos y desatar la furia sónica. Tenemos una mezcla de melodía y agresividad que te llega directo al alma.
La batería: La batería metalera está en otro nivel. Contrabajo, blast beats y rellenos rápidos: eso no lo encuentras en el pop o el rock. Hay una fisicalidad en la batería metalera que la distingue. No solo estás marcando el ritmo, estás impulsando a toda la banda con una intensidad atronadora.
Las voces: Ya sean los agudos del power metal, los gruñidos guturales del death metal o los gritos ásperos del thrash, las voces del metal son poderosas. No se trata de ser bonitas o pulidas; se trata de emoción cruda y autenticidad. Contamos historias que importan y no tenemos miedo de hacerlas ruidosas.
La variedad: El metal es un paraguas que cubre una amplia gama de subgéneros. Desde las vibraciones oscuras y misteriosas del black metal hasta los elementos melódicos del power metal, hay algo para todos. Cada subgénero tiene su propio sonido único, pero todos están unidos por un compromiso con la intensidad y la pasión. ¡No se puede decir eso de muchos géneros!
Los fans del metal no son solo oyentes, son seguidores incondicionales que tratan al metal como una familia. Aquí te explicamos por qué nuestra cultura de fans no tiene comparación:
La Hermandad y la Hermandad: En los shows de metal, eres parte de algo más grande. Puede que parezcamos un grupo de fanáticos furiosos, pero los fanáticos del metal son algunas de las personas más acogedoras que conocerás. No importa quién seas o de dónde vengas: si estás allí para rockear, eres uno de nosotros.
El código de los mosh pits: Los mosh pits pueden parecer intimidantes para los extraños, pero se basan en el respeto. Si alguien se cae, lo levantas. Si alguien pierde su zapato, lo ayudas a encontrarlo. Nos cuidamos unos a otros porque estamos juntos en esto. Es la máxima muestra de confianza y camaradería, y es algo que no se ve en la mayoría de los conciertos.
La lealtad inquebrantable: los fanáticos del metal no solo escuchan metal, sino que lo viven. Compramos productos, asistimos a los shows y seguimos a nuestras bandas favoritas en todo el mundo. Los fanáticos del metal se quedan con sus bandas favoritas en las buenas y en las malas, ya sea que toquen en estadios llenos o en clubes pequeños. Una vez que eres fan, lo eres para toda la vida.
La comunidad: tenemos foros, reuniones y festivales que reúnen a fans de todo el mundo. Wacken, Hellfest, Download... son más que festivales; son reuniones de la familia global del metal. Cuando estás en uno de ellos, estás rodeado de miles de personas con ideas afines que aman el metal tanto como tú. Es una sensación que no se puede conseguir en ningún otro lugar.
El metal no es solo algo que se escucha, es una forma de vida. Esto es lo que hace que el estilo de vida del metal sea tan único:
The Rebellion: Los metaleros siempre han marchado al ritmo de su propio tambor. No nos interesa encajar en la cultura dominante ni seguir las tendencias. El metal se trata de ser uno mismo, incluso si eso significa destacar. Vestimos de negro, nos dejamos crecer el pelo, nos tatuamos la piel con portadas de discos y letras que significan algo para nosotros. No tenemos miedo de ser diferentes y lo aceptamos plenamente.
El espíritu DIY: el metal tiene sus raíces en el underground, y eso conlleva una independencia feroz. Desde bandas de garaje hasta álbumes autoeditados, los metaleros sabemos cómo hacer que las cosas sucedan sin esperar la aprobación del mainstream. Somos ingeniosos, apasionados y hacemos las cosas a nuestro modo.
La pasión por la música: los metaleros somos unos de los fanáticos de la música más informados que existen. Investigamos en profundidad las notas de los álbumes, memorizamos las letras y debatimos sobre subgéneros con una pasión difícil de igualar. Conocemos nuestra música y siempre tenemos hambre de más. No es solo una etapa pasajera: es un compromiso de por vida para descubrir, apoyar y celebrar la música que amamos.
La expresión de uno mismo: los metaleros somos algunas de las personas más creativas del mundo. Tenemos nuestra propia moda, nuestro propio lenguaje y nuestra propia forma de movernos por el mundo. Ya sea diseñando portadas de discos, creando fan art o tocando la guitarra, los metaleros nos expresamos con intensidad. Somos artistas, rebeldes y narradores que usamos el metal como lienzo para mostrar al mundo quiénes somos.
Mira, el metal no recibe el mismo cariño del público general que el pop o el hip-hop, pero eso es lo que lo hace especial. No estamos aquí para encajar en una caja o perseguir tendencias. El metal se trata de autenticidad y de mantenerse fiel a uno mismo, incluso cuando no es popular. Nuestras bandas pueden no encabezar las listas, pero tienen algo mejor: el respeto y la lealtad de los fans que entienden de qué se trata.
Mientras que otros géneros van y vienen, el metal ha resistido la prueba del tiempo porque tiene sus raíces en algo real. Se construye sobre las espaldas de los fans que ponen su corazón y alma en la música, que se quedan con sus bandas favoritas en las buenas y en las malas, y que no tienen miedo de destacar. El metal no cambia para adaptarse al público general; el público general tiene que ponerse al día con nosotros.
Lo que distingue al metal es que es más que solo música: es una forma de ser. Los fanáticos del metal son dedicados, apasionados y leales, y nuestro género lo refleja. No estamos aquí para seguir a la multitud ni buscar la validación de la corriente principal. Sabemos de qué se trata, y eso es suficiente.
Así que si eres nuevo en el metal o has estado en la escena durante años, bienvenido. Eres parte de algo único y poderoso, algo que se mantiene firme contra el flujo y reflujo de la cultura popular. El metal llegó para quedarse y estamos juntos en esto. A tope y sigamos haciendo crecer esta familia del metal. \m/
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Jordi es el motor de nuestro sonido. Su batería precisa y potente es la columna vertebral que mantiene unido nuestro caótico paisaje sonoro, impulsando cada ritmo con una pasión que se puede sentir.