¿Qué pasa, familia metalera? ¡Soy Jordi! Como batería, me gusta hacer sonar la trompeta cada vez que salimos al escenario. Prepararse para un espectáculo es casi tan intenso como el espectáculo en sí y, a lo largo de los años, he desarrollado algunos rituales previos al espectáculo que me ayudan a estar en forma. Desde estiramientos hasta calentamientos de batería y un poco de concentración mental, esto es lo que sucede detrás de escena antes de que se enciendan las luces.
Tocar la batería de metal es un entrenamiento de cuerpo completo, por lo que el estiramiento es mi prioridad número uno. Comienzo con algunos estiramientos básicos para relajar los hombros, la espalda y las piernas. Cuando estás detrás de la batería, necesitas un rango completo de movimiento, y el estiramiento me ayuda a evitar lesiones y mantener la flexibilidad.
También hago estiramientos de muñecas y ejercicios para mantener las manos flexibles, lo que me ayuda a darlo todo sin tener calambres. Créeme, si planeas darlo todo durante un espectáculo, preparar tu cuerpo es la mitad de la batalla.
A continuación, es hora de calentar mis manos y pies con algunos rudimentos en el pad de práctica. Hago golpes simples, golpes dobles y paradiddles para poner mis manos en movimiento. Es como acelerar el motor antes de una carrera.
Para mis pies, uso un pedal doble portátil para ejecutar algunos minutos de blast beats. La batería de metal requiere velocidad y resistencia, así que aquí es donde acelero mi ritmo cardíaco y me preparo para la acción del contrabajo que está a punto de comenzar.
También me gusta ejecutar algunos de los rellenos más difíciles de nuestra lista de canciones. Si hay una sección rápida o compleja, dedico un par de minutos a ajustarla. Ayuda a aumentar mi confianza y me asegura de estar listo para dominar esas partes cuando llegue el momento del espectáculo.
Soy bastante particular con la configuración de mi equipo, así que me tomo un tiempo para asegurarme de que todo esté exactamente donde lo necesito. Verifico dos veces la ubicación de mis platillos, toms y pedales para asegurarme de que estén en la posición perfecta.
Durante la prueba de sonido, ajusto los niveles y los micrófonos para obtener ese sonido de batería asesino. Se trata de crear un sonido sólido y pesado que resuene con el público y les haga sentir cada ritmo. No hay nada peor que subir al escenario y darte cuenta de que tu caja suena mal, así que me aseguro de que todo esté en su lugar.
Una parte importante de tocar la batería, especialmente en vivo, es la concentración mental. Antes de cada espectáculo, me tomo unos minutos para despejar mi mente y visualizar la interpretación. Pienso en la lista de canciones, me imagino tocando y repaso mentalmente las transiciones complicadas.
Por lo general, busco un lugar tranquilo detrás del escenario, me pongo unos auriculares y escucho una o dos de nuestras canciones. Cierro los ojos, respiro profundamente y me concentro. Esto me ayuda a deshacerme de los nervios y canalizar mi energía hacia la emoción. La adrenalina siempre está ahí, pero concentrarme de esta manera me ayuda a controlarla.
Justo antes de salir, toda la banda se junta para una pequeña reunión. Podemos gritar algunos chistes internos o animarnos unos a otros con un “¡Hagámoslo!”. Tenemos una tradición en la que todos golpeamos nuestros puños antes de subir al escenario; es como nuestra versión de un grito de guerra.
No es solo una rutina; es un recordatorio de que somos un equipo. Nos alimentamos de la energía de los demás y es una excelente manera de sincronizarnos y sentirnos como una unidad. No hay nada como compartir ese momento con la banda, sabiendo que estamos a punto de hacer vibrar el lugar juntos.
Siempre tomo un poco de agua o una bebida energética antes de subir al escenario. La hidratación es clave, especialmente para los bateristas, porque perdemos muchos líquidos durante el set.
También hago algunos movimientos rápidos de batería para relajarme. Esto puede sonar un poco gracioso, pero incluso hago un poco de “batería en el aire” mientras camino detrás del escenario. Me ayuda a relajarme y mantiene la energía. Sé que una vez que alcanzo el primer ritmo, todo está listo.
Justo antes de salir, me tomo un momento para absorber la atmósfera. El sonido de la multitud, el olor del lugar, el bullicio en el aire... todo me entusiasma. Me recuerdo a mí mismo que estamos aquí para dar un espectáculo espectacular y que hay fans esperando para rockear con nosotros.
Al subir al escenario, establezco contacto visual con la multitud y dejo que su energía me alimente. Esa conexión con el público lo es todo y, una vez que estoy detrás del equipo, estoy listo para dar rienda suelta a todo lo que tengo.
Todos estos rituales pueden parecer pequeños, pero son lo que me permite dar lo mejor de mí. Estar en el escenario y tocar metal es físicamente exigente, y tener una rutina sólida previa al espectáculo marca toda la diferencia. No se trata solo de estar preparado físicamente, se trata de estar mentalmente listo para ofrecer una actuación que perdure en la audiencia mucho después de que se desvanezca la última nota.
Cada espectáculo es diferente, pero mi objetivo es siempre el mismo: dejarlo todo en el escenario. Quiero que los fans sientan cada ritmo, cada choque, cada explosión de contrabajo, porque no merecen menos.
Así que aquí lo tienen: mis rituales previos al show, directamente desde el trono del baterista. Si van a venir a uno de nuestros shows pronto, sepan que estaré allí dando lo mejor de mí, impulsado por estos rituales y la energía increíble que ustedes aportan. ¿Listos para sumarse a la locura? Consulta nuestros próximos conciertos y ven a ver cómo hacemos vibrar el escenario. Hasta entonces, ¡sigue así!
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Jordi es el motor de nuestro sonido. Su batería precisa y potente es la columna vertebral que mantiene unido nuestro caótico paisaje sonoro, impulsando cada ritmo con una pasión que se puede sentir.